5.Vida en ChileLa
llegada a Chile fue en la primavera de 1906 al puerto de Talcahuano.-
Luego del azaroso viaje marítimo les quedaba una breve estancia en este
puerto, para luego internarse en el territorio.-
Bajaron del Orissa para acomodarse en la Hospedería para Inmigrantes que el gobierno había acondicionado en el área interna del puerto de Talcahuano.- Era una antigua construcción que había servido de bodega, en la cual se realizaron divisiones para crear sectores para las familias, los cuales contaban con catres de fierro, somier de malla, colchón de lana, ropa de cama, veladores de madera nativa, cada tanto una pequeña estufa tipo “salamandra” que permitía calefaccionar y calentar agua, muchos detalles que eran considerados verdaderos lujos en una hospedería.-
La permanencia en este lugar fue breve, se permitía como máximo una semana, las revisiones médicas de rutina, los controles aduaneros y de identidad.- Ya estaba dado el primer paso en este nuevo país.-
Luego vino el viaje en tren, el cual fue lentamente adentrándose por la vera del gran río Bío Bío, el destino era llegar al sur del Río Toltén, a un sector sin colonos perteneciente en ese entonces a la provincia de Valdivia.-
El convoy subió hasta los llanos centrales, los cuales se mostraban generosos en campos de trigo y cebada, miles de hectáreas de bosques nativos, con una cordillera coronada por algunos volcanes cubiertos por la nieve acumulada por el invierno que se retiraba.-
Cruzaron el viaducto del Malleco a más de 100 metros de altura sobre el río del mismo nombre, orgullosa obra del ingeniero chileno Victorino Lastarria.- El viaje continuó de Temuco al sur, para detenerse en la pequeña localidad de Pitrufquén, desde su estación viajaron en carretas por una escasa huella abierta a través de los pantanos y bosques hacia el poniente, llegando al sector del lugar conocido hoy como Villa Los Galpones.-
En una pequeña planicie se habían construido varios galpones, donde las familias fueron tomando sus sectores y compartiendo esta precaria instalación.-
Lejos estaba la promesa hecha por la sociedad Ricci de levantar una nueva colonia que llevaría el nombre de Nueva Etruria y cuyo pueblo se llamaría General Rondizzoni.-
Giorgio y Alberto Ricci en sociedad con Salvatore Nicosia no tardaron en vender su participación a terceros y dejar a los colonos en el más absoluto abandono.-
Las tierras repartidas a los colonos eran de mala calidad, muchos pantanos, lagunas y zonas sin posibilidades de poder trabajar alguna actividad rentable en el corto plazo.- Algunos colonos al poco tiempo decidieron regresar a Brasil, otros buscaron alternativas en otras zonas de Chile, un pequeño grupo emigro a la zona de Melipilla, al Fundo El Carmen, donde progresaron y aportaron al desarrollo de esa zona y de Santiago.-
Los que se mantuvieron en las tierras entregadas fueron pocos en comparación con los que se mencionan al inicio.- En 1906 la prensa de la época habla de 75 familias, las cuales sumaban aproximadamente 350 personas.-
El agente del gobierno chileno destinado a la supervisión constata que solo se habían instalado 67 familias y de las cuales algunas eran solo ficticias, pues habían llegado antes a la colonia de Nueva Italia, hoy Capitán Pastene.-
A los colonos el Gobierno de Chile les entregó titulo de dominio cuando gobernaba Chile el Presidente de la Republica don Ramón Barros Luco, quién firma el decreto respectivo en Valparaíso, en el verano de 1911.-
En ese decreto se mencionan las hectáreas que a cada colono le corresponde y además se menciona también la porción que queda para la sociedad Ricci.-
Por este documento se cuantifica que no quedaban más de 20 familias en el territorio a 4 años de su llegada.-
Giovanni Colpo Zampeze recibe 102 hectáreas en el sector llamado Canta Rana, lo cual deja en claro las condiciones de pantano que tenía ese terreno.- Se instala con su numerosa familia y paso a paso comienza a levantar lo que llegaría a ser una gran casa.-
Para albergar 10 hijos y todo lo que ello implica, levantó una casa que tenía 16 camas, muchos dormitorios, una gran cocina anexa, un gran y extenso comedor y una sala de reunión, en la parte baja estaba la bodega para guardar leña, herramientas y hasta pequeñas maquinarias agrícolas.-
Los niños pronto fueron hombres y las niñas señoritas, Lino aprendió el oficio de mueblista, lo cual le permitió tener ingresos por los encargos que le hacía de todas partes de la zona y del pueblo de Pitrufquén.-
Cada hijo fue tomando su destino, se casaron y tuvieron también muchos hijos, la mayoría se instalaron en Pitrufquén y la casa de Canta Rana se fue quedando con las hijas más pequeñas.-
Giovanni Colpo al regresar un día desde el campo sufrió un accidente al caer de un manzano donde fue a buscar fruta para llevarle a su esposa, se lesionó una pierna, de la cual terminó perdiendo el pié, la leyenda familiar señala que fue el mismo quien amputó su pierna cuando esta no tuvo salvación.-
La familia siguió adelante, compraron una propiedad en Pitrufquén y allí instalaron un local comercial.-
La casa de Canta Rana tuvo un brusco final, un día estaba adornada para una fiesta religiosa, con flores y velas en un improvisado altar, el viento llevó las cortinas de visillo hasta las velas, dando inicio a un voraz incendio que arrasó por entero con la construcción, quedando solo los cimientos de la casa.-
Rosario Corona falleció en Pitrufquén en 1933 a la edad de 69 años, le sobrevivió Giovanni quién vivió muchos años de viudez, falleciendo en Pitrufquén en 1947 a los 81 años.-
La mayoría de los 10 hijos dieron una amplia descendencia, que hoy alcanza cerca de las 500 personas y los cuales viven en ciudades como Santiago, Talca, Concepción, Chillán, Los Ángeles, Temuco, Pitrufquen, Los Galpones, Lastarria, Gorbea, Lanco, Valdivia, Puerto Montt y algunas ciudades en Argentina.-
Bajaron del Orissa para acomodarse en la Hospedería para Inmigrantes que el gobierno había acondicionado en el área interna del puerto de Talcahuano.- Era una antigua construcción que había servido de bodega, en la cual se realizaron divisiones para crear sectores para las familias, los cuales contaban con catres de fierro, somier de malla, colchón de lana, ropa de cama, veladores de madera nativa, cada tanto una pequeña estufa tipo “salamandra” que permitía calefaccionar y calentar agua, muchos detalles que eran considerados verdaderos lujos en una hospedería.-
La permanencia en este lugar fue breve, se permitía como máximo una semana, las revisiones médicas de rutina, los controles aduaneros y de identidad.- Ya estaba dado el primer paso en este nuevo país.-
Luego vino el viaje en tren, el cual fue lentamente adentrándose por la vera del gran río Bío Bío, el destino era llegar al sur del Río Toltén, a un sector sin colonos perteneciente en ese entonces a la provincia de Valdivia.-
El convoy subió hasta los llanos centrales, los cuales se mostraban generosos en campos de trigo y cebada, miles de hectáreas de bosques nativos, con una cordillera coronada por algunos volcanes cubiertos por la nieve acumulada por el invierno que se retiraba.-
Cruzaron el viaducto del Malleco a más de 100 metros de altura sobre el río del mismo nombre, orgullosa obra del ingeniero chileno Victorino Lastarria.- El viaje continuó de Temuco al sur, para detenerse en la pequeña localidad de Pitrufquén, desde su estación viajaron en carretas por una escasa huella abierta a través de los pantanos y bosques hacia el poniente, llegando al sector del lugar conocido hoy como Villa Los Galpones.-
En una pequeña planicie se habían construido varios galpones, donde las familias fueron tomando sus sectores y compartiendo esta precaria instalación.-
Lejos estaba la promesa hecha por la sociedad Ricci de levantar una nueva colonia que llevaría el nombre de Nueva Etruria y cuyo pueblo se llamaría General Rondizzoni.-
Giorgio y Alberto Ricci en sociedad con Salvatore Nicosia no tardaron en vender su participación a terceros y dejar a los colonos en el más absoluto abandono.-
Las tierras repartidas a los colonos eran de mala calidad, muchos pantanos, lagunas y zonas sin posibilidades de poder trabajar alguna actividad rentable en el corto plazo.- Algunos colonos al poco tiempo decidieron regresar a Brasil, otros buscaron alternativas en otras zonas de Chile, un pequeño grupo emigro a la zona de Melipilla, al Fundo El Carmen, donde progresaron y aportaron al desarrollo de esa zona y de Santiago.-
Los que se mantuvieron en las tierras entregadas fueron pocos en comparación con los que se mencionan al inicio.- En 1906 la prensa de la época habla de 75 familias, las cuales sumaban aproximadamente 350 personas.-
El agente del gobierno chileno destinado a la supervisión constata que solo se habían instalado 67 familias y de las cuales algunas eran solo ficticias, pues habían llegado antes a la colonia de Nueva Italia, hoy Capitán Pastene.-
A los colonos el Gobierno de Chile les entregó titulo de dominio cuando gobernaba Chile el Presidente de la Republica don Ramón Barros Luco, quién firma el decreto respectivo en Valparaíso, en el verano de 1911.-
En ese decreto se mencionan las hectáreas que a cada colono le corresponde y además se menciona también la porción que queda para la sociedad Ricci.-
Por este documento se cuantifica que no quedaban más de 20 familias en el territorio a 4 años de su llegada.-
Giovanni Colpo Zampeze recibe 102 hectáreas en el sector llamado Canta Rana, lo cual deja en claro las condiciones de pantano que tenía ese terreno.- Se instala con su numerosa familia y paso a paso comienza a levantar lo que llegaría a ser una gran casa.-
Para albergar 10 hijos y todo lo que ello implica, levantó una casa que tenía 16 camas, muchos dormitorios, una gran cocina anexa, un gran y extenso comedor y una sala de reunión, en la parte baja estaba la bodega para guardar leña, herramientas y hasta pequeñas maquinarias agrícolas.-
Los niños pronto fueron hombres y las niñas señoritas, Lino aprendió el oficio de mueblista, lo cual le permitió tener ingresos por los encargos que le hacía de todas partes de la zona y del pueblo de Pitrufquén.-
Cada hijo fue tomando su destino, se casaron y tuvieron también muchos hijos, la mayoría se instalaron en Pitrufquén y la casa de Canta Rana se fue quedando con las hijas más pequeñas.-
Giovanni Colpo al regresar un día desde el campo sufrió un accidente al caer de un manzano donde fue a buscar fruta para llevarle a su esposa, se lesionó una pierna, de la cual terminó perdiendo el pié, la leyenda familiar señala que fue el mismo quien amputó su pierna cuando esta no tuvo salvación.-
La familia siguió adelante, compraron una propiedad en Pitrufquén y allí instalaron un local comercial.-
La casa de Canta Rana tuvo un brusco final, un día estaba adornada para una fiesta religiosa, con flores y velas en un improvisado altar, el viento llevó las cortinas de visillo hasta las velas, dando inicio a un voraz incendio que arrasó por entero con la construcción, quedando solo los cimientos de la casa.-
Rosario Corona falleció en Pitrufquén en 1933 a la edad de 69 años, le sobrevivió Giovanni quién vivió muchos años de viudez, falleciendo en Pitrufquén en 1947 a los 81 años.-
La mayoría de los 10 hijos dieron una amplia descendencia, que hoy alcanza cerca de las 500 personas y los cuales viven en ciudades como Santiago, Talca, Concepción, Chillán, Los Ángeles, Temuco, Pitrufquen, Los Galpones, Lastarria, Gorbea, Lanco, Valdivia, Puerto Montt y algunas ciudades en Argentina.-